martes, 1 de enero de 2013

GESTO


V- LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS (2007/8)





39
Cartas por debajo de la mesa

Bajo el presunto techo de los martes de tarde,

me escondo, bajo girasoles remotos, celestes:

“El lapso memorable se ha mimetizado”;

Percibo, persigo;

testigo te sigo.

la altura de las circunstancias

afloran,

testigos inmunes .-





40
Trampas al solitario



espectro cuyo límite

habitúa habitar sobre su habitáculo

(obstáculo).

Habitación con vista al crepúsculo y sus convincentes 14 grados,

después el horizonte,

todo una gama de redundas encerradas

en unos lentes provisorios

por ahí.

Escrutinio detractor; penumbras y

matrias,

la intrasección y el habitante:

conjunto de conjeturas; conjugan sus jugos con juegos

y objetan:

“_ No le quepo”.-



41
La economía del taxón



Entre la ambigüedad y la redundancia

la economía del taxón sobre la balanza;

transacción y jurisdicción en cuestión:

el probable estado de un gélido déjà vu y sus fluviales raíces.

El exceso de amabilidad puede ser agobiante, lo sé;

o casi un poema.

Absolutamente casi.

“caminando por la calles

3 gorriones bañándose en un charco

me hicieron acordar”.-




42
Diagnósticos / Pronósticos



Vertiginosas tendencias atraviesan intenciones sobre ruidosas terminologías.

El síntoma, sobre el flagelo de un tópico; en su enfermedad

y su cura, repercute:

"Las contraindicaciones del progreso,

elocuencia y consenso,

consecuencia en ascenso".

sobre el principio de sus principios, el principado

(y sus escombros)

"Cuando la excusa se vuelva presagio, el último…

,que cierre la puerta".

(y apague la luz).-







43
Mientras Tanto

(-"Boleto,… gracias",

el discurso del inspector

en el transporte público de pasajeros

despertó su interés...)

El forense afán y su viscosa tentativa;

la ulterior fianza:

súbita

inconmensurable

versátil.

Contundente el efímero ultimátum,

el exilio que socava

la otredad de la cosificación, impertinente prórroga:

impresionante.

(-"de nada…").



Hoy lo decidí, cuando sea grande,

quiero ser poeta.-




44
Resumiendo



Menguando estaba la luna

en los altillos del cielo,

cantando perfil de pluma

dio a lo alto presto vuelo.


Hilando vigilia y cuna

por sus pasillos, consuelos;

misteriosa…: ¿cara o duna?

incógnita en mi desvelo.-

VI- MÁS TURBACIÓN




45
Susurro entrepisos

Austero límite entre ámbitos,

casi un sacrilegio.

Húmedas analogías,

humectan difusos turbantes;

menos o más

turbantes.


Cada humo y su versión,

de cada uno subversión.-





46
Escalera caracol (índole capicúa, idónea simetría).

Índole capicúa, idónea simetría.

Más turbantes para mis sinónimos obsoletos…

más

turbación,

el despojo en secreto,

amuleto concreto

al vericueto sujeto.


“Meticulosos astros de las caricias”.


Masturbación en el vértigo del eclipse, el colapso;

múltiples cosmos y vaivenes,

irreverentes

cuéntame.-



VII- ETCÉTERA (2008)




47
Cláusulas



Adolece el animal que hay en mí,

tras el flagelo de la memoria.

El lapso,

el colapso del nexo;



el anexo, contiguo al texto.

El contexto del pretexto.

El equilibrio en las pupilas… una tarea difícil.

El contrabando de las palabras

desenvuelve se en lo fáctico

e ilícito;

su gobierno prospera en el tránsito

de lo lógico.

Es el tráfico, lo verídico es la víspera

fenoménica y troglodita.





48
Cuña infranqueable que desgana:

El estereotipado ademán, inusitado,

brilla por su ausencia.

Versátil confluye en su retórica viceversa

y comparte,

siempre con partes, de su semblante, reminiscente hasta el hartazgo.

Su carismática volición vaciló:

Vestigios de una perplejidad redundante.-






49
Hasta que cierto

día dejó de mirar aquel

espejo…

El musgo fue invadiendo sus perfiles exhaustos.

Exactos e inciertos.


El contrato del tacto;

El retrato del pacto,

intacto

el impacto.


50
Límite propenso al descanso

de la duda, preso a tu destino

el perfil de la habitación examinará, curioso,

la rigurosa evidencia…

y te recuerdo decirme, con tus ojos apoyados en el vértice

de aquel abismo infinito:

-“si la vida sería un consejo, si fuera todo tan pasajero afuera”.

Y te miré, y con cara de sensatez repliqué elocuente:

-“creo que tu principal limitación, es que desconocés tus límites”.

_”Último vuelo nº 14 hasta mañana”…

los altavoces sentenciaban nuestro diálogo… mañana,

yo me pregunto cuando va a ser.

y te alejabas arrastrando el bolso, la imagen acústica: rueditas percutiendo sobre las separaciones entre baldosas; (imagina la imagen)…

austero límite entre ámbitos



51
El estereotipado ademán, inusitado,

Quien se queja de la velocidad;

siempre el último de la fila.

“La velocidad de la

veloz ciudad…”

Transitorias líneas sobre el asfalto,

siempre tan rotundo él;

tráfico adjunto y gesto…siempre tan impredecible él.

El primer día de clases, si ese, en el que todos

disfrazamos inútil,

la lágrima y su presagio.


Él,

transcurre los días

como queriendo avanzar a ninguna parte, algún lado

ese es su lugar… jugar, a pasar.

Las líneas amarillas pueden despintarse con las miradas…

a veces, pueden.


Sin disimulo marcará los árboles, así recordar el torpe camino de regreso

luego de una frugal, lenta

caminata matinal

sobre las violáceas estrella tenues.


He ahí donde,

desde la represión más agreste,

fluye en la anecdótica moraleja de sus pasos distraídos; para detenerse,

justo en la esquina silvestre de aquel vector.


Vértice azul que florece en cada instante,

para desaparecer ensimismado

sobre su arrogante nostalgia vanidosa.

¿Bajo que nombre, forma;

o callas la silueta

de tu estigma voluntario?

Panorámico indicio su testimonio.-






52
Aridez es.

Debo reconocerlo, pese

a preferir destacar formas menos figurativas en mis versos, el anticuario

encausó el selectivo despiste de mi olvido

bajo una foto plenamente mundana hoy.

“luego de dos meses sin lluvia,…”


Entre la suficiencia y la demasía...

un rango ambiguo,

casi borroso de alevosía…

de la suficiencia a la demasía: un intervalo, cierto

no certero.

Costero y ambiguo,

austero y antiguo, contiguo

(la justicia no es más que un rasgo tipificado del ideal al que incurre,

cuya humanidad, esquiva y subjetiva).

Multívoca, no equivoca;

y cierto,

siempre cierto.-

VIII- MUNDANOS


53
Mares voladores,

ingrávidos;

hoy las nubes condensaron el efímero,

parpadeante,

pulsante

equilibrio de mis pupilas...

el cordón de la vereda, transpiraba mis pasos,

siguiendo el rastro de las espuma;

océanos azules y blancos, me encerraron sobre la esquina, señoriales vectores…

amenaza prófuga: sus espenumbrantes argumentos

convencieron mi mirar;

ella a mi lado sonrió,

contemplamos las nubes durante mediante,

anexó el lapso memorable, descomponiendo el anhelo

cayó como una gota trascendente la tarde,

del pasado mañana...


54
El régimen en desnivel

de lo frontal; cayendo

el crimen:

...licitación en comodato,

muro tercerizado.

Las estatuas el status

y las propuestas.

Los supuestos.

"He observado que hay más bares

que odontólogos en mi barrio", en lo que respecta al clima

todos hablarán de calor o del frío de los últimos días

mientras tanto medianero, una partida de truco,

martes dos de la tarde, en el bar de la esquina,

un encanto.

La manzana se regodea en su narcisismo empedernido,

reclamando...

donde la penumbra se acontece,

el centro de la bahía;

la bifurcación de la entrepiernas...

centrifuga.

55
Siguiendo con mis pretensiones mundanas, empañaré mis ya prosaicos versos con un paisaje, una

naturaleza muerta que afrontó mi tarde de ayer.

El color, fue lo de menos,

al menos para la luz; que poco pudo distinguir entre el cielo y el agua.

Una conjugación de fronteras discontinuas mostraban un oscuro cielo descomponiéndose en olas sobre la arena; estrellas en el mar

y transacción

de la arena;

trepa la ola sobre el tobogán sólido de su transición.

Las rocas,

mis balcones.

Un parpadeo intermitente del faro en la isla de lobos recordaba, con regularidad infinita el horizonte tajante

y entre el dos y el tres, los discretísimos milímetros estelares encausaban

sus falaces argumentos

(y sombras).

Mi intención no es hacer ninguna apología a filósofóas antiguas,

no busco el principio más que en su presencia inmediata, sin caer en inútiles

cosmogonías

carentes de poesía o sinsentido…

en fin:

tras pasear sobre aquella bellísima tarde de sábado a la noche: entre penínsulas, ínsulas, bahías y treguas;

y con todo mi respeto hacia los criterios teleológicos, cuales momentáneamente

no acudiré…

me tomaré el atrevimiento de jugar

a fugar.-


IX- LO PROMETIDO ES DEUDA (2009)

56
Gruta,

grieta,

y cráter;

nácar y néctar...

Auténtica polifonia, si se quiere, la letra "r" y sus pertinacias...

"una vez, en la península, soñé una bisagra celeste

y cuál si péndulo"

ondulé amistoso... parafraseando

poetas, casi anónimos (impunes atropellos de la cultura general)

del plagio autografiado:

"no se puede soplar y comer gofio", ni tampoco comer "pan y torta", dicen.

Todo indicaría en estas épocas de hedonismo rapaz, fecundo y frígido; democrático, que todos, cuál si en restorán frente a una carta, desconocemos brechas insistiendo en la frenética tendencia destructiva y compulsiva para contra las antinomias, las dicotomias.

La posmodernidad es la era de las gratuitas polisemias, estériles de a ratos; pero diplomáticas si las hay.

Desconocemos por momentos que, si bien el hielo y el fuego, queman en sus excesos, son bien diferentes en naturaleza y complexión (y ampolla)

Tantos estímulos... poco estimulante

y si este poema parece una crítica a la frivolidad imperante, habré logrado yo mi mínimo cometido.

Sé también que desde esta vereda; la poesía, el reino del sinsentido por excelencia; puede sonar, si acaso contradictorio, pero no contraproducente. Cumplo con mi deber, con la tarea del agrio decir, me callo y justifico profundamente en un estático silencio de papel; mercena sobre el pentagrama de las palabras que concuerda las cuerdas sobre aquel acorde y se acuerda,

recuerda que:

Si bien,

el contrabando de los vértices conmueve

en su transparencia distraída, casi ingenua

en su espera (paciencia infinita y afán)

por la caricia de seda

donde confunde lo camuflado e infunde

y solo por reflejo, manotea

infundado.

Ya no se consuela con la ideología, y

en el espejo, no tiene más remedio que mirarse, sólo y sin religión

sin renglón, garante, uniformizante;

o desafiante.-




A mi tía nona





57
19/03/2009

Las ópticas difieren

cual si caracola eterna;

y entera en la porción, corte y vaguedad. Se dice vértice

y el vector es quien se mira

mirando en otro patio la levedad

el eco,

de su pulso.

Hay recuerdos, dicen;

cuando en un hogar se acostumbraba a polvorientos álbumes de fotos;

que no son más, que son solamente la proyección de la misma imagen, tamizada por nuestra afectuosa pertenencia a la misma;

siendo esta momentánea al punto de vista y no respondiendo,...

co-respondiendo,

concordando a realidad alguna o verídica transición o experiencia de nuestro pasado.

Así, cuál si también, es cierto que muchas veces nos dicen,

y luego de que lo decimos diciéndonos; olvidamos quien nos dijo

para simplemente decirnos. El origen, la originalidad...

no son vértices exactos en sus pertinacias y sus floras

se confunden entre raíces y caminos zigzagueantes...

También un olor: tu aliento al besarme endormecida,

o la casa de los abuelos, algún sahumerio de mirra familiarizable,

el viejo armario de alguna de todas esas viejísimas nonas

u otros rigurosos etcéteras etéreos;

proceden a inducirnos, introducirnos, involucrarnos en ámbitos

desarticulados para con la flamante atmósfera,

circundante y contundente.

Así pues, retomando

volviendo al caso, ya sin arqueología del deseo mediante,

ni su economía redundante, el poema:

Sobre las antípodas de la roca madre, pereces crédulo

sobre el espiral de tu diálogo (una penumbra inquieta).

Bautismo que carece de apadrinamiento,

intento...

fallido, un cuento:

"Érase una vez un niño" (aún juega sus tópicos desvalidos)

Trópicos inválidos, sumisos ante tantas aureolas concéntricas, que, mientras sencilla,

la bóveda azul... "Érase una vez un niño"...

(A mi tía Nona)





58
Ya ves,

Se desdibujó,

Límites como pactos,

Del colapso.

Silvestre sensatez,

Sensual

su agonía

fecundo mártir, astuto

en tiempos en que ya.

Los ministros de la elocuencia

En gestos sensatos encierran, entre gamas redundantes y espectros sumisos, la razón

de una perplejidad radical, como si de ingenuidad ya desprevenida se tratara

y sin audacia variada. Así en mí…

van en mi todos esos momentos,

casi se podría decir que soy esos momentos,

mas pensar no es ser ni viceversa, las hileras tienden hacía una tensión irreconciliable en determinada mitad, allí donde el equilibrio es ya también malabarismo. Allí la cuerda floja otorga sentido común por doquier y verás, es decir veraz.

Veraz como cuando mis versos empañan la cautela, la mañatan bajo una soga de especulaciones inútiles y frívolas, allí en mi, tu cautela; nuestra cautela.

Al ver la fruta caer del árbol, sin mi presencia y la de nadie; solo la intuición

quien la atestigua…

¿ocasionará tal vez, ruido alguno su rozar pujante de aire y lugar? Muda y anónima

la conclusión podría llegar a ser una confusa emboscada; paradójica y de nunca saber.

A menos que,… inventar:

Pintar colores, turquesas y rosas en tu almohada; bajo una luna llena de otoño,

La estufa a leña necesariamente, cercano al sillón de mimbre. Escucho aquella canción que tanto disfruté, para luego ponerme a pensar; en aves o alguna otra cosa que carezca de ruido;

como la poesía.

Dirá algún antiguo, y no le reniegaré; solo forma, y no materia; forma perfecta esta imagen que he de regalar ha quien guste de mirarla con los ojos de su alma:

Soy un huésped bastante capcioso, simplemente tenlo en cuenta a

manera de contraindicación si se quiere;

convincente

Pero buena gente.

Vamois.

Cuéntame tus descosmos.





59
La ventana

El último lugar que he habitado,

mantiene esa extraña tibieza;

un fulgor memorable de aquella chispa ancestral,

fundacional;

sinuosa y esquiva carambola clamorosa.

La ventana y el yecto,

por tabla.

Parece escucho decir ahora a quien no había,

a quien no habita:

“si todos se tiraran a un pozo, ¿vos te tirarías?”

Levantó su ceja izquierda,

difusa en la mirada de aquel gesto esquivo.

Con cara de originalidad (no la de lo nuevo sino la del origen),

la tensión en su narcisismo desgranaba elocuencia y sensatez,

sin si quiera pensar,

que todo era su ser

apenas.

Un reflejo despistado

ansía desprevenido sobre las toscas, la llegada del invitado,

el visitante;

su silueta cortando el polvo es, siendo un contorno en la tarde de niebla profunda,

y frondosa.

Las huellas empañan, atestiguan, documentan,

pulsan sobre un ritmo tajante:

aquella ventana,

aquel encuentro,

aquel lugar,

aquella pre esencia inaudita.

(A Álvaro Figueredo)


60
“Perdón sargento…

manipulé la escena del crimen.”

Dispuse nuevamente

del campo minado

y organizado bajo mi criterio y juicio;

contraataqué al aguafiestas subsiguiente…

y luego de envolventes redes y más;

yo no sé, no se bien si sí o si no… es más

lo confieso,

vil y crápula:

fue sin querer.-

61
fóbico / fílico

“estoy seguro,

en este momento alguien ya salió campeón”

poroso acorazado, selecciona el muy permeable…

del contorno miserable,

un reposo acorralado.

(jóvenes

ya no héroes, cayó un muro)



62
Pliegues



A priori, a posteriori; las justificaciones solo arremeten sobre la virtual contingencia

como un girasol, juro desconocer la razón, pero es

como un girasol;

de todas maneras, como dice el gran maestro:

“no hay ninguna razón para callar”*

Breves recuerdos como lapsos,

de tenues cuerpos, el colapso

discrepo y concuerdo,

el balazo…

sé también, que,

mienten,

siempre mienten,

juro desconocer la razón, pero es

como un girasol,

iracundo

a priori, a posteriori la justicia del discurso arremete,

moral ajena de pasos, ínfimo código, discreto… privado

íntimo…

sé también,

discrepo o

concuerdo,

como el girasol, juro desconocer la razón

pero mienten,

siempre mienten.

*Salvador Puig.


63
Antifaz del viento





¿Por qué antifaz del viento?



no como afirmación por sobre la negación, si como positivo; por contrario a lo negativo… por su naturaleza de sensual, de irrefutable, de para sí (de disciplina y de desencanto).

Digamos que, sobre una discontinuidad meramente homogénea atravesamos por capas, láminas más o menos densas, más o menos selectivas y permeables o impermeables.

Allí, cual si un pliegue abstracto, ya lo he dicho alguna vez, sobre un territorio trivial o en algún mosaico hipotético y/o provisorio…

Entonces, ¿Por qué antifaz del viento?

intentaremos generar cierta secuencialidad, ya sea zigzagueante y mínima, como para poder lograr la subordinación; jerarquizar nuestras ideas.

Creo no debe haber mejor manera,

que el poema.

Poema Hologramático:

Antifaz del viento,

no lo veo,

si lo siento;

Pertinaz el tiempo,

solo leo,

sino miento.

Sucesivo el verbo,

clandestino verso,

subversivo y terso;

paulatino intento.

Es el relieve del llano

allí donde tu ves, lejano

la víspera en la transacción

del “mi” veraz en transición,

conjugación

respectivación.

Es de papel aquel

cartel,

personal del plantel

y laurel.

El que poco abarca

mucho aprieta.




64
Hycus con ita



Belleza viva

Tu nombre es en tina

Bella maestra

Tus indulgencias

Avalan tu presencia

Sin Tolerancia

“Complacencia” es

Mi debiliad real

Compláceme ya

Esfera tenue

Intelectual que es más

Que amar su voz

Seduces mujer

Silueta que al ver yo

Caigo ardido

Me arrodillo

Tras tus fieras batallas

De cartón y vos

ásperas manos

princesa tenue que vas

acorralando

por el corredor

brisa, perfume de mar

tu elegancia

en nuestras playas

nutre tu vulgaridad

sabor explayas

ama de casa

en la ducha empapas

toda lujuria




X- CONTRABANDO –DE VÉRTICES, DE ARISTAS Y DE VECTORES -.

65
12/05/2009

Juro no haber visto una luna tan brillante hasta aquel entonces. Las estrellas radiantes

tal como si, tales como si,… por si.

Era un espectro selecto

soberano

y por sobre todo

nostálgico.

-“una típica noche de Tauro; mayo a la tarde.”, precisó.

Precipitose algunos días luego, como dos, o sea ya sobre la pollera larga y floreada del lunes próximo, siguiente y pasado. Una brizna intermitente, se podría decir, que de íntima jurisdicción o de restringida presencia (hay mil maneras de decirlo).

Su labor: barrer cuanta estrella,

así la virtud, sin excesos ancestrales, como la noche anterior, gula momentánea:

encuentros, ratos, límites, etc. (hay mil maneras de decirlo).

Sobre los renglones del papel en mi memoria, encalló el recuerdo y así despertar la representación y su correlato, afán forense, epistemofílico, en fin; fuego de artificios estelares indicaron, me prometieron el camino de regreso a casa:

“Es la señal del frenesí estático y límpido”.

Las filamentosas gotas, en su batiente contradicción, se encontraban las muy porfiadas

y yo, mientras,

como un pliegue brusco sobre la lámina sedimentada del mosaico,

me escondía tras el girasol celeste de aquel,

mi

satélite discreto. Espiándole al devenir, sus mejores apuestas, el se había dado cuenta

pero, restándole trascendencia acometía como si no me viera.

-“no se puede ser cómplice y testigo.”, le dije, con toda la elocuencia digna de mi voz. Así luego, colocar mis lentes suavemente, sucesivamente; él ni siquiera me miró.

Tras la ya copiosa, no tan garúa; pensaba en números y geometría, era yo un humilde arquitecto para aquel entonces.

¿Dónde encontrar las rectas y las curvas?

Si ya los vértices, los vectores,

las aristas…

Somnoliento ya en mi paso decidí reposar mi cabeza sobre la almohada y, nuevamente, tras faltar poco para llegar a destino, me quedé dormido tras la ventanilla.

Cuentan que el viaje, los peajes; mi sueño profundo mientras.

Es hora de levantarse.





66
Camuflaje



La paciencia azul los empaña.

Los edificios violetas tamizan la sangre

sobre tristes camas de hospital.

Es en aquel lugar

donde su ansiada búsqueda persiste.

Calando hondo

la fosa

en pos del hallado reencuentro:

del brillo y su lunar.

Sobre la arista, la que casi apunta su norte;

donde confluye su sensatez

y su silencio.


Toda su artillería;

más que unos solos,

incrédulos e ilusos

valores humanistas.

En la despedida implícita a cada momento, a veces hay un cortocircuito, se evidencian

las no tan visibles cuestiones

del veraz contrabando

y sus fácticas implicancias.


Los lentes de sol

me los pongo solo cuando entristezco*.

*P.L






67
Versátil verosimilitud,

¡no le he pedido ilusión a esta sensación!


Insólito y remoto,

el ornamento cotidiano,

entre el recuerdo y la memoria

debatese y yace:

“Alunísono, sinestésico,

beberás nubes rojas”.

Un rojizo antiestético. Un retazo, el desecho del hecho.

Desde el dicho, por el trecho

al acecho del pecho,

es estrecho

el estrecho.-


68
el desapego de las mañanas otoñales, tenues

...

Una vez en la playa, encontré un vidrio gastado por el viento, juro parecía un cristal,

rodados ya sus cantos, por la erosión inaudita

cual si topacio celeste.

eludiendo espuma llegó, era un nacarado especial,

su textura adivinaba de semblantes marcando al compás de su extraño designio cabos sueltos y hospitalarios vestigios.

como la borra del café o alguna otra estela inaudita.

tal vez fue solo una cuestión de contrabando.

solo sé que las hileras se desdibujaron frente al radiar concéntrico de su siluetica, la magnitud de su magnetismo, un contorno positivo.

en el laberinto de espejos una flor troquelada deslumbró a la luz

entre el blanco y el azul difundió,

difumino.

verde anzuelo de papel quizá alguna vez puedas ser más que dos

(De Valizas a Cabo Polonio)



69
Zona de armisticio



Si dice ahí afuera antes de ayer,

no creo mañana avisar,

que el pulso es un ritmo sin igual,

y es en la espera donde ahorrar;

Por que sí, por que no o porque tal vez,

armónico el riff del sin cesar;

ahí donde todo es al revés,

y allí donde todo es de cristal.

No digas, ni dije, no dirás,

y el tiempo descansa lo verás;

la tenue ventana se abrirá,

y paisajes remotos lloverán.

Allá no hay palcos,

no hay toldos, no hay mármol;

no hay rocío, ni frutos debajo.

No hay dos sillones,

no hay toldos, ni hay mármol;

no hay pichones,

ni tumbas boyando,

“no hay rincones donde arrinconando”.-

(A Esteban Rodríguez)




70
Guía.



Empaña brevemente

allí donde el empeine del adiós (en lapso, cuarzo precoz).

Empaña bruscamente

donde la guía es siempre, para los…

devota y emergente, allí conciso agente

donde la guía urgente,

el temple y el calor.

Allí sutil regente, real y contingente;

en sí mismo ausente

y veloz.


71
Tango II



Inminencia que azotaste

tu paciencia denotaste

bajo algún pretil, que lúgubre y de abril

se quebró.

Latencia implícita es tu voz exquisita

un clamor de cumparsita

este dolor,

que hoy desquita tu candor.

La fuente empotrada en tu cauteloso,

gélido mirar,

nostalgia desde la pared.

Es una mímica absoluta de tu ser. Frente a ti

el mar posa, como en un suplicio que se desvanece a tus pies.

Luego del fulgor de tu resina,

hoy es hora de partir

al violento devenir;

tu figura que transpira al batir,

sobre un lento y penoso latir; inmigrante:

Ya no ancla rosa en tus mañanas turquesas,

ni roncas enmarañada (pudor/es mínimo y certezas)…

esto es solo un papel dirán:

mas ¡puente y bengala de azar!

en la bienvenida de hoy, se va.






72
Ya parece recuerdo.

Entre la meta y el sueño agoniza

sobre su diáfano augur, sin edades, ni recados.

Sin recortes… es un síndrome capcioso,

como en el photoshop.

De una mimesis brutal en magnitud

y espejo,

debatese entre la altura y lo exacto y actitud.

Hablando de vacío, recuerdo el otro día paseando:

“_bajo una copiosa cúpula estelar y celeste;

posábase en mi inercia, en una absoluta víspera volitiva,

cuando de repente una foto, no muy poética, me conmovió.

Vi yo una intermitencia inaudita y cual si gendarme, dirigí toda mi circundante hacia ellos, lares;

hubo un tubo de luz, interactuaba entre chispas y chispas cuyo pasillo al tanto, percutía. Era un valle y ritual, eco virtual.

Sincope alunísono, una armonía redundante”

(cualquier coincidencia con la realidad, es mera semejanza).

Como te decía, tal vez el recuerdo es ya en mi una institución, con mástiles y aranceles; y con varios y respectivos.

De no ser así, y resolviendo,

revolviendo,

volviendo a lo nuestro.

Como te decía:

Ya,

parece re cuerdo.




XI- EL PLAGIO AUTOGRAFIADO







73
Foto cósmica.

Las circunvoluciones que esperan ser nombradas: quien nombra, dicen;

Evoca o espanta.

Pivotea también sino.

Pretérito secuaz y absorto, absoluto

fluyes al son de una moneda que gira en compás;

siempre cayendo lento,

sobre un paréntesis que azul y somnoliento.

Un desencanto que se renueva y que marcha.

Esquiva puntuación la del gesto que concurre recurrente,

con artesanales fintas sobre la mueca de seda y una cintura

impecable,

todo un arte la trama en su seducción y ocultos sus capciosos vestigios impertinentes.

Hoy, caminaba por laderas despobladas cuando de repente, esos ojos de tesón detubieronse en mi humilde guarida de papel; yo sin más que la calma de quien pernocta su siesta de amapolas respectiva y matinal (siempre matinal), no pude más que mirar en cauteloso husmear:

A escondidas le tomé una fotografía:

Cósmica.



74
 “impulsos racionalmente funcionales”

(declaraciones extraídas de programas matinales

en testimonios de nutricionistas, albergues)

¡Pido la palabra!, al son, ya lo sé es simplemente que necesito decirlo:

es que la anécdota evoca (¿tu me entiendes?),

connota; radica e irradia,

también mutila también;

es inevitable el control en su silueta estable.

La posibilidad:

El mapa perfecto es en efecto y por defecto,

factible a su facción: su faceta.

¿Qué es eso que todos saben y nadie dice?

¿Es acaso la palabra del silencio esa inminencia previa a la inmanencia; y a la trascendencia también? Todo es un misterio…

¿Es acaso la estadía de la intuición en sus mejores parcelas?

¿O será tal vez que de una ancestral chispa se desprende la obviedad, el sentido común, ese que por tan pero tan redundante y aparente? De tan evidente invisible.

Simplemente, la retrospectiva es a la ventana lo que es la misma ventana.






75
“Después, más después;

mejor, más mejor”.



El zaguán



Era una parcela habitable,

esporádica y hospitalaria.

Pero abundaba el hábito (ruinas de costumbres y escombros),

mas solo de ecos y recuerdos se valía su redundar incesante,

y era también de sueño, de fantasía y de imaginación.

Al margen del marco, recortando (recordando):

los bordes

traspasándolos, siéndolos (conociéndolos).

Mas no solo de límites, sino de compañias también;

el recorte del entorno: la comunidad en común edad.

Ahora.

Puede. O sea,

fue todo aquello que no podía no ser.

Que, de no ser así…, que debía,

que tal vez sin habitación ya

no hubierame contestado esta,

nuestra fluida relación epistolar (autorreferencial).

Cuando se borra el horizonte (ya sin luna), al oportunismo no le queda más que el ceder de su generalización y al mimetizarse absorto y desbordando la sorpresa aglutinada:

Deglutiéndola:

Ahora,…hablando de marcos, de recortes y parcelas y de fotografías:

“Las risas ocupándolo todo, todo en el lugar (aquel lugar, ¡esos chavales si que saben de miradas!) llenando de ternura y de paciencia cuyos ojos, ya empapados en nostalgia y precisión, llenos de posesión; ya en posición (puede, o sea…, fue solo aquello que no podía no ser, que debía)”.

(A mi hermana Nadia Pereira)






76
Microcosmos.



Examinando la vergüenza ajena y su presunta ciencia: “hasta la crónica de aquel eclipse fantástico.”

Augurios.

Aquel, mi satélite discreto.

Microcosmos que una aturdida métrica infame (incesante, inaudita).

Rítmica ancestral donde el circuito (oculto) redime y conlleva en escalera caracol:

Hacia un rápido silencio elíptico,

más,

fugaz.





77
De aventura e imaginación heche a volar, así sin más,

un día toda fantasía alucinada y así notar aglutinada y merecida.

Quiso ser un poema sin más, de no ser, por supuesto… o a menos que.

El sentido se diluyó y en un enorme tobogán, un enorme tobogán

espectacular, inaugural (quieto el canal) y de retazos solemnes.

Y corcheas:

¡galletita!…

es decir corcheas, ritmo

(…Inútil ritmo. Vano ritmo).

Especulación ignorante y sensual, que desgrana (o desgana) e impacta.

Mas no ataca, si retrata…es decir,

relata:

Ortodoxia y hermetismo, hermenéuticos.

-Superpoblado índice de recolección de residuos, promueven, no mejor:

“¡predican con el ejemplo!”.

De una actualidad despampanante e inherente y vital,

absorta y absoluta y maravillosa.

Perplejo entorno.

Son al son,

cuyo ritmo cauteloso y oportuno.

Ortodoxia hermenéutica,

Hermética y profética:

Fática polémica,

polisémica,

Tertulia augura,

monotemática

y sémica.

Otro eminente lugarteniente común y corriente, evidentemente:

otro plagio autografiado…

versátil,

que concurre,

recurre mientras.

octubre

ocurre,

o transcurre.

Descubre y recubre.

Una amalgama inerte de inherencia quieta.




78
Pequeñas conversaciones con dios.



He aquí otra vez. Descifrando donde el

ademán (que delata y augura)

he aquí, cuando la lámina

se hace gota, suficientemente previsible

todo aquello:

“todo anhelo descompuesto”

El protocolo del cortejo.

El periplo ambiguo cuya cadencia, en controversia vertical,

y ornamental, y vehemente:

y breve.

Allí la anécdota del atónito significante,

que resbala, evoca; retrotrae.

El mero acto, ejemplar; corpuscular (crepuscular)

y es su carisma la contraseña, más allá de toda vergüenza ajena o escrúpulo alguno,

despojando lo otro, de lo mismo

de la influencia

de la paciencia

del radio de su constancia,

de la mismisidad:

huraño

hosco

De su protocolo y del cortejo

Consistencia

Periférica





79
Inter/mitencias



No sé si usted, fue conciente de la necesidad:

Más allá todo consenso, escrutinio alguno: el mapa perfecto/ verosímil/ inhóspita hasta el hartazgo/

la posibilidad

… a modo de pívot, de radar si se quiere/ cual si destello sino/

un magnetismo esquivo mientras la cromada caracola

(¡violáceas, grisáceas!)

Todo un faro aquella tarde.

Una cartografía sinuosa, centrífuga/ fuera del área de cobertura/ y lenta…

como una pluma dócil y leve/ cayendo/

/ una gotera, otro influjo inaudito/ en su propio reproche de espiral:

autoreferencial

se elevaba más allá de toda inhibición para decretar: _ ¡al ras del suelo!/

_“total, ya está en el piso y de ahí no se va a caer”.

Justo allí, todo su talento topográfico refiere a causas excéntricas,

Descentrando expectativas enmarañadas e ingrávidas, falaces.

Toda una táctica/ tácita/

implícita también,

entre pertenencias y extrañamientos

pertinencias y alumbramientos:

alambramientos también

/ no dudó/

el péndulo categórico no dudó/ el nunca duda

(José Ignacio de tarde)

01/08/09




80
“Somos”, es capicúa.

Como si la casualidad de espontánea,

nada tuviera.

No,

no me alarmaría.

Como si toda la gloria, estrepitosa,

cabiera.

Mas,

no me encantaría.

Don, de quieras.

Por doquier

donde quieras.




81
Bis



Transparencia transparente.

Aparente parentesco. Paréntesis (par en tesis):

De a par, entes

(bis).-



82
Inquieto

¿incómodo?

Como de una fisura en el empalme del diáfano cristal,

bifurca cuyo índole: índice audaz.

Indicio panorámico, sintomático.

Rapaz, cae

cae como una gota en la rotonda indecisa de unos pasos distraídos, ecos de la ansiada pisada circular (autorreferencial), que ya perdida aún:

“amoneda contornos evasivos”

Como una figura en el esmalte, su silueta original y vertical.

Idílico augur de pastos y alegres y verdes.

Que así sea solo bajo la lluvia, salen en luna llena (de primavera), avidez, vez primera.

Absorta impronta.

Límites como pactos, del colapso.

El contrato del tacto, cuyo impacto es su fáctico retrato.

En un espejo empañado, de ansias exageradas. Un suspiro encapsulado. Una voz

que ya no nombra tenacidad alguna.

Fática polémica

de aventurada suerte para dos.

03/10/09






83
Actas.



En fin…

Partiendo ya a la partida,

Ya sin fin alguno más que el de un augur perfecto en acto y de esperanza.

Doy fe.

Y un estado de finanzas.

Doy el interés de mi capital.






XII- SUCEDE SU SED DE, SU SEDE



84
Con cautela de boulevard desértico y otoñal sus hojas.

Desde un costado el anónimo huésped husmea;

sin nombre ni vanagloria, simplemente voyeur.

¿Qué pasa con los autos que ya sin ruidos? A donde fueron todos aquellos apurados nichos, si es apenas la hora, pasadas las 5.

“-¡Ya sé!

Deben haber ido todos,

Pero no se a donde”, pensaba en sus adentros.

Yo, el narrador omnisciente, yo los veo a ambos; él y la circundante situación que lo engendra en su esencia y correlato:

Como una postal diría; mas creo que los autos no pasan sobre fotografías; debe ser eso,

si eso

bueno tampoco los narradores hablamos con los personajes, bueno no aquí; por lo tanto…

Que espere, que de esperar va su escena.

Su escenografía quiere resbalarse, casi como si quisiera pulsar.

Ya, no depende y el primer auto rojo, levanta toscas por su cronometrado huir autobiográfico.

El cuello de nuestro amigo lo persigue hasta más no ser una pequeña alforja en el horizonte, en su horizonte;

En el horizonte si, pués.

Luego, este relato, se vuelve crónica

para, dentro del campo de la historia y la épica diluirse entre inmanencia y reminiscencia: de una heroica gesta, inmaculado himno

y el auto que ya violeta.


85
Si antes del amanecer te cambias de carril, solo descansa que ha de ser abril.

Siempre en agosto, cuando la primavera sucumbe por su inmediatez frondosa e inexacta; la duda interpela rutas de mapas aún no delineados, diseñados previamente, así con temple de agonía renueva los aranceles de los altillos y baña de flores amarillas y soleadas briznas los pretiles y las casas. Aún así es más latente que de ente, todavía.

En la ruta, al costado del amanecer, dirigiame: plagado de solsticios e intermitencias.

Componiendo la escena las jerarquías y subordinaciones pertinentes corroían la lenta superficie en un lento suspiro espiralado; hacia un costado. La ausencia brillaba absoluta y narcisista (por sí), embelleciéndolo todo a su alcance y reparo; justo allí donde acorralada por el futuro se desgranaba y volvía a caer, complaciente y sinuosa

la intersección de sus 2 olvidos*.

Más o menos inhibidos los póstumos vestigios componen:

“la retrospectiva en la ventana”.

*S. Puig